Cascadas de SQM: surgen primeras fórmulas para concretar la simplificación de las sociedades ligadas a Julio Ponce
El mercado reaccionó al alza con la noticia. El proceso tomaría más de un año.
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No importó que este lunes se tiñera de rojo en el calendario para realizar un directorio extraordinario. Las sociedades cascadas de SQM, mediante las cuales el empresario Julio Ponce Lerou participa en una de las principales mineras de litio del mundo, tomó una definición que movió al mercado, pero que tendrá un largo desarrollo en los próximos meses: contratar profesionales externos para estudiar la optimización de la estructura del grupo.
Aunque el paso hacia una fusión entrará a evaluación, los directorios manifestaron su interés en avanzar en este sentido, idea que según algunas fuentes conocedoras habría sido propuesta por la gerenta general de esas sociedades, Catalina Silva, quien lleva casi tres meses en el cargo y comenzó a analizar la estructura mediante las cuales se tiene una participación relevante en SQM, concluyendo que ésta era ineficiente y debían buscar una fórmula que la hiciera más económica.
Aunque aún restan definiciones por tomar, conocedores del proceso estiman que llevar esto adelante implicaría plazos de entre 12 y 18 meses. Así, las mesas estarían pensando en contratar -en conjunto o separado- un experto legal, tributario y financiero para ver las distintas opciones bajo la cual se puede llevar adelante la operación.
En este modelo, cercanos a las sociedades destacan el rol que está jugando Silva, dado que está muy empoderada en esto (ver nota relacionada).
Sin embargo, en el mercado -que reaccionó al alza- el debate por simplificar la estructura de las cascadas abrió viejos recuerdos, dado que es una discusión que ha resurgido en diversos momentos a lo largo de la historia de la empresa, desde que está en manos de Julio Ponce.
Fuentes explican que las cascadas no eran más que un instrumento de control y financiamiento de Ponce sobre SQM, el que ya había llegado al límite. Además, hoy tampoco cumple su función, ya que el empresario ha logrado tener participaciones mayoritarias -con más de dos tercios en todas las sociedades cascadas-, por lo que no le sirven como plataforma de financiamiento.
A fines de 2012, en medio del denominado caso Cascadas, José Cox, quien asesoraba a la firma de inversiones Moneda en la disputa con Ponce por el eventual perjuicio a minoritarios, logró dar con dos fórmulas que permitían fusionar estas sociedades, reducir el descuento holding para los minoritarios y mantener el control del empresario.
Según se publicó en prensa de la época, se plantearon dos modelos para unir las firmas: fusionar Oro Blanco con Calichera; y Nitratos con Potasios; y fusionar Norte Grande con Oro Blanco y Nitratos. Finalmente, ninguna opción convenció a Ponce. Solo propuso que Potasios -que tenía el 10% de Calichera- hiciera una OPA a Oro Blanco para que los minoritarios vendieran sus acciones en Oro y recuperaran las de Calichera que habían vendido unos años antes.
Los caminos a evaluar
La decisión tuvo una rápida respuesta en el mercado, pero también abrió el abanico de las alternativas posibles para concretar el objetivo. Aunque será materia de los asesores ver la mejor fórmula, en el mercado ven que una opción es que la estructura de las cascadas se reduzca a sólo dos compañías, las que podrían tener nuevos nombres o mantener los actuales.
Otro camino, que sería más "barato", es tener solo una firma. Y, por último, es regresar al esquema antiguo donde había solo una línea de sociedades, no como hoy donde se abren dos.
Una fuente se inclina por la segunda opción. Precisa que podría ser un vehículo de control consolidado de Ponce y desde el cual controlaría todas las acciones de la minera que le dan una representación mayoritaria en el directorio, pudiendo acceder a más y mejor financiamiento. Eso sí, la duda -advierte- estaría en si todas las sociedades se beneficiarán de igual modo y si se pondrán todas las acciones arriba de la mesa.
Otra inquietud será el rol que jugarán los minoritarios. Según informó La Tercera ayer, en un escenario donde se fusionaran todas las sociedades, Ponce mantendría del orden de 60% de la propiedad, despejando cualquier duda sobre su control sobre las cascadas.
El movimiento -estiman algunas fuentes, preliminarmente- podría traer beneficios a los minoritarios, dado que, por ejemplo, podrían intentar atraer a un oferente local o internacional que pretenda adquirir una parte de las cascadas.
Esto podría ser atractivo para los inversionistas que -como se conoce cada cierto tiempo- andan rondando estas sociedades. El más reciente interés -que no prosperó- fue el fondo brasileño de capital privado IG4, que ofreció US$ 916 millones por un paquete de acciones.